Esguinces
Un esguince es una lesión en un ligamento, una banda de tejido conectivo que conecta dos huesos. Los ligamentos proporcionan estabilidad a las articulaciones y ayudan a limitar su rango de movimiento.
Los esguinces se clasifican según su gravedad:
Esguince grado 1: Es el esguince más leve. Se produce un estiramiento de los ligamentos, pero no se rompen.
Esguince grado 2: Se produce un desgarro parcial de los ligamentos.
Esguince grado 3: Se produce un desgarro completo de los ligamentos.
Los síntomas de un esguince pueden incluir:
Dolor
Hinchazón
Enrojecimiento
Calor
Dificultad para mover la articulación
Los esguinces suelen producirse por un movimiento repentino o forzado de una articulación. Por ejemplo, un esguince de tobillo puede producirse por un giro brusco del tobillo o por un golpe.
El diagnóstico de un esguince se basa en un examen físico y en la historia médica del paciente. El médico examinará la articulación afectada y buscará signos de inflamación, dolor y dificultad para mover la articulación.

El tratamiento de un esguince depende de su gravedad:
Esguince grado 1: El tratamiento suele consistir en reposo, hielo, compresión y elevación (RICE).
Esguince grado 2: El tratamiento puede incluir el uso de una férula o un yeso, además de reposo, hielo, compresión y elevación.
Esguince grado 3: El tratamiento puede requerir cirugía para reparar los ligamentos rotos.
Acudir a un ortopedista también puede ayudar a prevenir complicaciones. Por ejemplo, un esguince mal tratado puede provocar la inestabilidad de la articulación, lo que puede aumentar el riesgo de futuras lesiones.