¿Qué es una luxación crónica?
Una luxación crónica es una luxación que se produce de forma repetida o no se puede reducir por completo. Las luxaciones crónicas pueden ser causadas por una lesión inicial, una condición médica subyacente o una combinación de ambos.
Las luxaciones crónicas pueden afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero son más comunes en las articulaciones de la cadera, el hombro y la rodilla.
Los síntomas de una luxación crónica pueden incluir:
Dolor: El dolor puede ser agudo o crónico, y puede empeorar con el movimiento o la presión.
Inflamación: La articulación afectada puede estar enrojecida, hinchada y caliente al tacto.
Reducción incompleta: La articulación afectada puede estar mal alineada o no puede volver a su posición normal.
Limitación de movimiento: La articulación afectada puede tener una amplitud de movimiento reducida.
Las causas de una luxación crónica pueden incluir:
Lesión inicial: Una lesión inicial, como un traumatismo, puede debilitar los ligamentos que sostienen la articulación. Esto puede aumentar el riesgo de que la articulación se vea afectada nuevamente.
Condición médica subyacente: Ciertas condiciones médicas, como la artritis reumatoide o la osteoporosis, pueden debilitar los huesos o los ligamentos. Esto también puede aumentar el riesgo de luxaciones crónicas.
Factores genéticos: Algunas personas son más propensas a sufrir luxaciones crónicas debido a factores genéticos.
El diagnóstico de una luxación crónica se basa en un examen físico y en pruebas de imagen, como una radiografía o una resonancia magnética. El examen físico puede revelar signos de inflamación, dolor y reducción incompleta de la articulación. Las pruebas de imagen pueden ayudar a evaluar la estructura de la articulación y determinar la gravedad de la lesión.
En casos más graves, puede ser necesario tomar medicamentos antiinflamatorios o inmovilizar la articulación afectada con una férula o un yeso.
Una vez que el dolor y la inflamación haya disminuido, se puede comenzar la rehabilitación. La rehabilitación ayuda a recuperar el movimiento y la fuerza de la articulación afectada. La rehabilitación puede incluir:

Ejercicios de estiramiento: Los ejercicios de estiramiento ayudan a aumentar la amplitud de movimiento de la articulación.
Ejercicios de fortalecimiento: Los ejercicios de fortalecimiento ayudan a fortalecer los músculos que rodean la articulación.
Masaje: El masaje ayuda a reducir la tensión muscular y la inflamación.
En casos graves, puede ser necesaria la cirugía para reparar los ligamentos debilitados o para reemplazar la articulación.
Un ortopedista es un médico especializado en el tratamiento de las enfermedades y lesiones del sistema musculoesquelético. Si cree que tiene una luxación crónica, un ortopedista puede realizarle un examen físico y solicitar pruebas de imagen para diagnosticar la lesión. El ortopedista también puede recomendarle un tratamiento adecuado para su condición.